Remite: Alejandro Islas Galarza
¡Que feo, verdad!
¡Hola, lector! Al filo del medio día de ayer jueves, recibí una llamada telefónica en la que se me informó sobre el secuestro de Marte Alejandro Islas Padilla, el mayor de mis dos hijos; el impacto emotivo que sentí es inexplicable, la noticia fluyo por mi torrente sanguíneo directamente hacia el cerebro, acompañado de un intenso calor a la altura de la nuca.
Mi primera reacción fue hacer el reporte el 066.
Me encontraba en el graderío de la Cámara de Diputados del Congreso del Estado.
Atestiguar la primera sesión ordinaria de la novel LIX Legislatura, la intención.
Una operadora del 066 respondió a mi llamado y luego de una agria discusión, seguí sus instrucciones.
Pues lo primero que le piden a uno es que conserve la calma.
En esas condiciones ¿cómo le pueden pedir a uno que conserve la calma?
¡Cuando la vida de un hijo pende de un hilo!
En mi desesperación, alce la voz, pues ella insistía en que yo me calmara.
La amenace incluso, y aún así conservó la ecuanimidad.
Y si yo estaba desesperado.
Cómo estaría mi esposa Carmen, quien recibió directamente la información del secuestro.
Que escuchó a mi hijo decir…
--Mamá me subieron a un carro, me traen vendado…
Y luego la voz de un secuestrador:
--¿Es usted la Mamá de Marte?...
--… ¡Quiere que se hijo siga vivo!...
--Quién es usted, qué quiere, pregunto mi esposa.
--Tenemos a su hijo, ¿lo quiere vivo? ¿Tiene dinero? ¿Tiene tarjeta de crédito?
--No, no tengo dinero, no tengo nada, respondió.
--… entonces ni modo lo vamos a chingar, le vamos a dar un tiro…
Al fondo se escuchaban gemidos del Marte…
--Oiga espérese, si quiere llame dentro de cinco minutos o déme un número de teléfono para hablarle, ahorita consigo dinero, suplicó mi esposa.
El secuestrador colgó.
De inmediato trato de localizar al Marte.
Y yo acá en el Congreso del Estado, haciendo lo propio.
Intente localizar a Cristóbal Isaías el menor de mis dos hijos y tampoco respondió al llamado.
Ni ella sabía que yo ya estaba enterado.
Ni yo sabía en que condiciones se encontraba.
Malditas líneas telefónicas que fallan en el momento menos esperado.
Por fin, tras varios intentos pude comunicarme con Cristóbal.
Pobre, en mi desesperación, le alce la voz.
Le informe del incidente y le pedí que intentara localizar al Marte.
Fue cuando decidí ir a la casa.
Distante a unas 20 cuadras de donde me encontraba.
Distancia que se me hizo larguísima.
Y si a ello le sumamos el intenso tráfico vehicular de esa hora del día.
Saque cuentas.
Pasaron cinco, diez, quinces minutos.
Los que hayan sido, el caso es que el tiempo que se me hizo eterno.
La angustia y desesperación me tenían dominado.
Por mi mente pasaron muchas cosas.
La fatalidad me dominó, como nunca antes.
El flujo sanguíneo hacia mi cerebro era intenso.
La parte trasera de mi cabeza continuaba caliente.
Temía lo peor.
Así es que debía desfogar la presión y deje que las lágrimas corrieran sobre mis mejillas.
Hice varias llamadas telefónicas a la casa y nadie contestaba.
Eso incrementó más mi desesperación.
Seguí intentando y nada.
Por fin llegue a la casa.
Para entonces la Carmen ya había localizado al Marte.
Que igual pudo localizarme…
--Papá soy yo, aquí estoy en el trabajo, todo está bien.
Malditas líneas telefónicas que falla en el momento menos esperado.
Ya con más calma la Carmen, me dio los pormenores del incidente.
Del intento de extorsión, diría yo.
Gracias a Dios que solo quedo en eso, en un intento de extorsión.
Sin embargo no es casual que el extorsionador sepa el nombre de mi hijo.
Lo cual evidencia la existencia de una banda de criminales bien organizada.
De hecho, cuando mi esposa hizo el reporte al 066, le informaron que como esa ya habían recibido algo así como cien denuncias.
El acento de los extorsionadores es sureño.
Pero igual, sacando cuentas, el origen de la llamada bien pudo ser desde el interior del Centro de “Readaptación” Social número Uno de Hermosillo.
En donde según se dice, existe una banda bien organizada de extorsionadores.
Bajo la complacencia, por supuesto, de funcionarios, directivos y custodios carcelarios.
Esta podría ser una buena coyuntura para que Guillermo Padrés Elías, sacuda el árbol en el sistema penitenciario de la entidad.
Añejamente corrompido.
Bajo la complacencia, insisto de funcionarios, directivos y custodios.
Para nadie es un secreto, por ejemplo las cuotas que por visitas conyugales cobran las custodias y los custodios.
Que van de mil 500 a dos mil pesos por noche.
Pero además bien vale preguntar ¿cómo?, ¿quién? ó ¿Quiénes? permiten el ingreso de teléfonos celulares al CERESO.
No es posible que desde su interior se lleve a cabo esta nociva práctica de extorsión.
Insisto, Guillermo Padrés Elías, si realmente tiene voluntad de hacer bien las cosas, podría comenzar acabando con ese lastre.
Cuyas víctimas en su mayoría son gente de bien.
Familias que caen en el juego de la extorsión.
Por fortuna en nuestro caso, solo quedo en un intento.
Mi esposa no cayó en su juego.
Si no, imagine en las actuales condiciones, darles dinero que no tenemos, a sujetos que al amparo de la impunidad judicial realizan sus prácticas desde el interior del Centro de “Readaptación” Social.
Como sea, el susto nadie nos lo va a quitar.
Y vaya que se siente feo.
Y más cuando el de ayer fue un día fatal.
Primero lo del Marte, que gracias a Dios está con nosotros, su familia.
Luego una llanta del vehículo oficial de Mi Carta de Hoy se poncho.
La unidad la utilizo para el trasiego de mi material informativo.
Y más tarde, el Cristóbal se reporta.
--Oye, se me quedo tirado el Topaz.
Trágame tierra, digo por no escribir lo que dije.
De cualquier forma La Carmen, el Marte, Cristóbal y su servilleta nos encontramos bien.
Gracias a Dios.
Y sabe que, esto no se lo deseo a nadie.
Y DE LA SESION legislativa, nunca más supe nada.
Agobiado como estaba, siempre regrese al recinto legislativo.
Pero ya era demasiado tarde.
Me perdí la primera sesión de la LIX Legislatura sonorense que por primera vez, tiene en el poder Ejecutivo a un gobernador emanado del Partido Acción Nacional.
El legislativo será la criba natural por la que pasen tantas como iniciativas de Ley, reformas y acuerdos que a ellos someta el Jefe del Ejecutivo Estatal.
Por lo pronto el diputado priista Carlos Rodríguez Freaner, se sumo al Partido Verde Ecologista Mexicano, para que junto con el también diputado César Augusto Marcor Ramírez, formen la quinta fracción parlamentaria de esta novel LIX Legislatura sonorense.
Y ya para cerrar esta fatal epístola…
Luis Iribe Murrieta, Tesorero Municipal, me hizo llegar el siguiente mensaje a mi Bandeja de Entrada…
“Retirar este correo pf”
Quién o quiénes son los intolerantes. En fin.
Mi Carta de Hoy Dir Villa del Lago No 48 Col las Villas Tel 2-54-44-98
e-mail micartadehoy@hotmail.com
papaitoson@yahoo.es
www.micartadehoy.com
¡Que feo, verdad!
¡Hola, lector! Al filo del medio día de ayer jueves, recibí una llamada telefónica en la que se me informó sobre el secuestro de Marte Alejandro Islas Padilla, el mayor de mis dos hijos; el impacto emotivo que sentí es inexplicable, la noticia fluyo por mi torrente sanguíneo directamente hacia el cerebro, acompañado de un intenso calor a la altura de la nuca.
Mi primera reacción fue hacer el reporte el 066.
Me encontraba en el graderío de la Cámara de Diputados del Congreso del Estado.
Atestiguar la primera sesión ordinaria de la novel LIX Legislatura, la intención.
Una operadora del 066 respondió a mi llamado y luego de una agria discusión, seguí sus instrucciones.
Pues lo primero que le piden a uno es que conserve la calma.
En esas condiciones ¿cómo le pueden pedir a uno que conserve la calma?
¡Cuando la vida de un hijo pende de un hilo!
En mi desesperación, alce la voz, pues ella insistía en que yo me calmara.
La amenace incluso, y aún así conservó la ecuanimidad.
Y si yo estaba desesperado.
Cómo estaría mi esposa Carmen, quien recibió directamente la información del secuestro.
Que escuchó a mi hijo decir…
--Mamá me subieron a un carro, me traen vendado…
Y luego la voz de un secuestrador:
--¿Es usted la Mamá de Marte?...
--… ¡Quiere que se hijo siga vivo!...
--Quién es usted, qué quiere, pregunto mi esposa.
--Tenemos a su hijo, ¿lo quiere vivo? ¿Tiene dinero? ¿Tiene tarjeta de crédito?
--No, no tengo dinero, no tengo nada, respondió.
--… entonces ni modo lo vamos a chingar, le vamos a dar un tiro…
Al fondo se escuchaban gemidos del Marte…
--Oiga espérese, si quiere llame dentro de cinco minutos o déme un número de teléfono para hablarle, ahorita consigo dinero, suplicó mi esposa.
El secuestrador colgó.
De inmediato trato de localizar al Marte.
Y yo acá en el Congreso del Estado, haciendo lo propio.
Intente localizar a Cristóbal Isaías el menor de mis dos hijos y tampoco respondió al llamado.
Ni ella sabía que yo ya estaba enterado.
Ni yo sabía en que condiciones se encontraba.
Malditas líneas telefónicas que fallan en el momento menos esperado.
Por fin, tras varios intentos pude comunicarme con Cristóbal.
Pobre, en mi desesperación, le alce la voz.
Le informe del incidente y le pedí que intentara localizar al Marte.
Fue cuando decidí ir a la casa.
Distante a unas 20 cuadras de donde me encontraba.
Distancia que se me hizo larguísima.
Y si a ello le sumamos el intenso tráfico vehicular de esa hora del día.
Saque cuentas.
Pasaron cinco, diez, quinces minutos.
Los que hayan sido, el caso es que el tiempo que se me hizo eterno.
La angustia y desesperación me tenían dominado.
Por mi mente pasaron muchas cosas.
La fatalidad me dominó, como nunca antes.
El flujo sanguíneo hacia mi cerebro era intenso.
La parte trasera de mi cabeza continuaba caliente.
Temía lo peor.
Así es que debía desfogar la presión y deje que las lágrimas corrieran sobre mis mejillas.
Hice varias llamadas telefónicas a la casa y nadie contestaba.
Eso incrementó más mi desesperación.
Seguí intentando y nada.
Por fin llegue a la casa.
Para entonces la Carmen ya había localizado al Marte.
Que igual pudo localizarme…
--Papá soy yo, aquí estoy en el trabajo, todo está bien.
Malditas líneas telefónicas que falla en el momento menos esperado.
Ya con más calma la Carmen, me dio los pormenores del incidente.
Del intento de extorsión, diría yo.
Gracias a Dios que solo quedo en eso, en un intento de extorsión.
Sin embargo no es casual que el extorsionador sepa el nombre de mi hijo.
Lo cual evidencia la existencia de una banda de criminales bien organizada.
De hecho, cuando mi esposa hizo el reporte al 066, le informaron que como esa ya habían recibido algo así como cien denuncias.
El acento de los extorsionadores es sureño.
Pero igual, sacando cuentas, el origen de la llamada bien pudo ser desde el interior del Centro de “Readaptación” Social número Uno de Hermosillo.
En donde según se dice, existe una banda bien organizada de extorsionadores.
Bajo la complacencia, por supuesto, de funcionarios, directivos y custodios carcelarios.
Esta podría ser una buena coyuntura para que Guillermo Padrés Elías, sacuda el árbol en el sistema penitenciario de la entidad.
Añejamente corrompido.
Bajo la complacencia, insisto de funcionarios, directivos y custodios.
Para nadie es un secreto, por ejemplo las cuotas que por visitas conyugales cobran las custodias y los custodios.
Que van de mil 500 a dos mil pesos por noche.
Pero además bien vale preguntar ¿cómo?, ¿quién? ó ¿Quiénes? permiten el ingreso de teléfonos celulares al CERESO.
No es posible que desde su interior se lleve a cabo esta nociva práctica de extorsión.
Insisto, Guillermo Padrés Elías, si realmente tiene voluntad de hacer bien las cosas, podría comenzar acabando con ese lastre.
Cuyas víctimas en su mayoría son gente de bien.
Familias que caen en el juego de la extorsión.
Por fortuna en nuestro caso, solo quedo en un intento.
Mi esposa no cayó en su juego.
Si no, imagine en las actuales condiciones, darles dinero que no tenemos, a sujetos que al amparo de la impunidad judicial realizan sus prácticas desde el interior del Centro de “Readaptación” Social.
Como sea, el susto nadie nos lo va a quitar.
Y vaya que se siente feo.
Y más cuando el de ayer fue un día fatal.
Primero lo del Marte, que gracias a Dios está con nosotros, su familia.
Luego una llanta del vehículo oficial de Mi Carta de Hoy se poncho.
La unidad la utilizo para el trasiego de mi material informativo.
Y más tarde, el Cristóbal se reporta.
--Oye, se me quedo tirado el Topaz.
Trágame tierra, digo por no escribir lo que dije.
De cualquier forma La Carmen, el Marte, Cristóbal y su servilleta nos encontramos bien.
Gracias a Dios.
Y sabe que, esto no se lo deseo a nadie.
Y DE LA SESION legislativa, nunca más supe nada.
Agobiado como estaba, siempre regrese al recinto legislativo.
Pero ya era demasiado tarde.
Me perdí la primera sesión de la LIX Legislatura sonorense que por primera vez, tiene en el poder Ejecutivo a un gobernador emanado del Partido Acción Nacional.
El legislativo será la criba natural por la que pasen tantas como iniciativas de Ley, reformas y acuerdos que a ellos someta el Jefe del Ejecutivo Estatal.
Por lo pronto el diputado priista Carlos Rodríguez Freaner, se sumo al Partido Verde Ecologista Mexicano, para que junto con el también diputado César Augusto Marcor Ramírez, formen la quinta fracción parlamentaria de esta novel LIX Legislatura sonorense.
Y ya para cerrar esta fatal epístola…
Luis Iribe Murrieta, Tesorero Municipal, me hizo llegar el siguiente mensaje a mi Bandeja de Entrada…
“Retirar este correo pf”
Quién o quiénes son los intolerantes. En fin.
Mi Carta de Hoy Dir Villa del Lago No 48 Col las Villas Tel 2-54-44-98
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